sábado, 17 de diciembre de 2011

Nos escriben los Reyes Magos de Oriente

El pasado lunes, recibimos una carta.

Simón, nos ha traído esta mañana una carta, una carta que no sabíamos quien la remitía. Tenía escrita nuestra dirección, con un sello donde aparecía la imagen de  los tres Reyes Magos. Por detrás estaba lacrada con tres sellos, ¿serán de los Reyes Magos? ¿Cada uno ha lacrado el sello con sus manos? ¿Porqué nos escriben los Reyes Magos? ¿Les habrá pasado algo?


En su interior encontramos esta carta:






 ¡Ohhhh! Los Reyes Magos se han perdido y no saben cómo llegar.
Tenemos que ayudarles, ¿pero cómo?
Entre todos y todas buscamos algunas posibilidades:

- Buscamos a Papá Noel y  con ayuda de su reno, el de la luz en la nariz, podrán encontrar el camino de vuelta.
- Escribiremos un cartel grande con letras grandes para que vuelvan
- Si buscamos un plano de Adra podremos encontrar el camino para que salgan del laberinto y puedan visitarnos.
- Con un globo. Si nos montamos en un globo podremos saber dónde están. O en un avión o en un helicóptero.

Escribimos una carta a nuestras mamás y papás para que nos ayuden

jueves, 8 de diciembre de 2011

La casita de madera de nuevo




Efectivamente, la casita de madera forma parte de un gran mural que hemos realizado todo el alumnado de 3 años del colegio Mare Nostrum de Adra, para celebrar el 33 cumpleaños de nuestra constitución.





Hemos trabajado el Artículo 47: Todos los españoles y españolas tenemos derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada

El cuento tradicional de "Los tres cerditos" nos ha servido de guía para entender el derecho a una casa  digna y adecuada.









En el aula hemos escrito el texto del artículo para dejar constancia de todo lo que estamos aprendiendo.

jueves, 1 de diciembre de 2011

Vienen a contarnos un cuento

Cómo sabéis estamos trabajando el "Otoño": las hojas de los árboles que unas se caen pero otras no; todo lo que nos rodea parece estar de color marrón, amarillo, naranja, rojo...

Aceptando la invitación, Carmen, hoy a venido a contarnos un precioso cuento de Otoño:
"El árbol que no tenía hojas"

Fernando Alonso
Era un árbol tan feo, tan feo, que no tenía hojas. Estaba solo en el campo y nunca había visto otro árbol. Por eso no sabía que los árboles tienen hojas. Y tampoco sabia que él era tan feo. Pero un día oyó decir a unos niños:
-¡Vaya porquería de árbol!
-No sirve para nada.
-Ni siquiera tiene hojas. 

 
Entonces se puso triste porque se enteró de que era feo. Y le dijo al Sol:
-Tú que eres tan poderoso, ¿puedes darme hojas?
El Sol le contestó:
-Yo no puedo dar hojas a las árboles. Vete tú a buscarlas.
Y el arbolito dijo:
-No puedo. Mis pies están clavados en el suelo.
Otro día dijo al Viento Gris:
-Tú que eres tan poderoso, ¡dame algunas hojas!
Y el Viento Gris le contestó:
-Yo sé quitar las hojas de los árboles, pero no sé cómo se ponen. No puedo ayudarte.
Pasó la Lluvia y el árbol le dijo:
-Señora Lluvia, mis pies están clavados en el suelo. ¿Puedes traerme algunas hojas para adornar mis ramas?
Y la Lluvia le contestó:
-Yo no puedo darte hojas. Yo sólo sé llorar. Voy a llorar por ti.
La Lluvia se alejó, llorando.
-¡Ay, Señor, qué desgracia! ¡Un arbolito que no tiene hojas!
El pobre arbolito sin hojas se quedó aún más triste. Y decía:
-He acudido a los más poderosos y no me han ayudado. ¡Ya nadie podrá ayudarme!
Pero un buen día dijeron los niños y las niñas :
-¡Vamos a adornar este árbol!
Trajeron papel de colores: rojo, verde, azul, amarillo... Y lo cortaron en pedacitos y lo fueron pegando en el arbolito. Y al cabo de un rato el arbolito quedó lleno de hojas. Hojas azules y rojas, hojas amarillas y verdes.
Y pasó el Sol y se quedó un rato largo mirando, porque nunca había visto un árbol tan hermoso.
Pasó el Viento Gris y se paró en seco:
-¡Vaya con el arbolito! ¡Qué hojas tan bonitas ha encontrado!
Y el Viento Gris dio una vuelta para no arrancarle ninguna.
Pasó la Lluvia, y al ver aquellas hojas rojas, azules, amarillas y verdes, se le cortaron las lágrimas y dijo:
-¡Qué pena! ¡Ya no podré llorar más por este arbolito!
Y la señora Lluvia se marchó con sus lágrimas a otra parte. 

 
Luego vinieron los niños y bailaron en torno al arbolito, que ya estaba muy contento con sus preciosas hojas.